lunes, 23 de diciembre de 2024
NO HAY NINGUNA HISTORIA QUE NO PUEDA SER VERDAD
Bienvenidos a una edición extraordinaria de Buscando leones en las nubes, la última por este ya languideciente 2024. Alberto San Segundo como responsable final del espacio os saluda y os invita a disfrutar de esta emisión navideña que no será radiada y que sólo podrá ser escuchada aquí, en nuestro blog.
En esta entrega especial del programa, con las celebraciones de Nochebuena y Navidad ya a la vuelta de la esquina, traigo aquí de nuevo una emisión de hace unos años en la que entonces os leí -y así lo haré también en el presente espacio- un cuento espléndido, con temática acorde a estas fechas: El cuento de Navidad de Auggie Wren, escrito por Paul Auster y publicado por primera vez en el New York Times el 25 de diciembre de 1990.
El principal motivo de esta recuperación es mi voluntad de celebrar la inmensa figura literaria de Paul Auster en estos últimos días de un 2024 en el que, por desgracia, el escritor nos dejó a los setenta y siete años víctima de un cáncer de pulmón. En mi otro programa en Radio Universidad de Salamanca, Todos los libros un libro, y con la misma intención de homenaje al autor neoyorquino, dejé el pasado 18 de diciembre mi reseña de Baumgartner, su excelente última novela; podéis acceder al programa en mi canal de YouTube.
El relato que protagoniza el programa, y que os presento en la traducción de Maribel de Juan, es uno de los treinta y ocho que se incluyen en Cuentos de Navidad, una magnífica recopilación de narraciones que, sobre el explícito eje monográfico que se recoge en el título, presentó hace unos años Alba Editorial, en una completa antología a cargo de Marta Salís.
La historia de Auster, que muchos conoceréis pues estaba en la base de Smoke, la película del director estadounidense de origen chino Wayne Wang, una cinta que fue Premio Especial del Jurado y Oso de Plata en el festival de cine de Berlín en 1995, participa de -y a la vez cuestiona, con inteligencia y humor, con emoción y sensibilidad- las coordenadas más previsibles, más dulzonas y empalagosas, del espíritu navideño, en un enfoque aparentemente contradictorio pero que se resuelve en una obra literaria excepcional.
Entre el largo texto del escritor neoyorquino, tanto como para que el espacio tenga una duración bastante más extensa de lo habitual, sonará una amplia muestra de canciones, todas interpretadas por mujeres, acordes también a estos días de bienintencionadas celebraciones. Se trata de diecinueve temas, procedentes de orígenes y estilos musicales muy diversos -jazz y blues, folk, country, pop y hasta nuestro flamenco-, entre los que se incluyen tanto villancicos clásicos de la tradición norteamericana como piezas más “laicas”, podríamos decir, en las que la Navidad comparece como telón de fondo de la historia contada. Todos ellos recreados por artistas actuales: Mina, Amy Grant, Diana Krall, Kylie Minogue, Anita Kerr, Holly Cole, Amy Winehouse, Ella Fitzgerald, Patti Page, Aretha Franklin, Dianne Reeves, Vanessa Hudgens, Aimee Mann, The Carpenters, Silje Nergaard, Lynn Anderson, Linda Draper, Lena Horne y Estrella Morente.
¡Os deseo unas muy felices fiestas y un estupendo 2025 para todos! Nos “vemos” el próximo 13 de enero.
No hay ninguna historia que no pueda ser verdad
martes, 17 de diciembre de 2024
TODOS SE VAN
Buscando leones en las nubes os ofrece esta semana el penúltimo programa antes de Navidad (el último, una edición especial con temática navideña saldrá al aire el próximo 23 de diciembre, ya bien entradas las vacaciones académicas), con la segunda y postrera emisión de la serie que, iniciada hace siete días, tiene a la música y la vida de Nick Drake como protagonistas.
El 25 de noviembre de 1974 moría en su cama, en casa de sus padres, a causa de una sobredosis de tranquilizantes, el oscuro cantante, de existencia afligida, que no conoció el éxito -ni casi la mínima repercusión pública- hasta varias décadas después de su muerte. Ahora, cincuenta años después de su muerte, cuando, convertido en una figura casi mítica -esa posibilidad, una suerte de justicia poética, que a veces proporciona el tiempo para rehabilitar a quienes en vida la existencia castigó-, sus canciones suenan con normalidad incluso en los anuncios publicitarios de la televisión y su música es valorada como objeto de culto, he querido desde aquí y coincidiendo con el redondo aniversario, homenajear a un músico que yo también he descubierto de manera tardía, aunque algunos de su temas llevan apareciendo en Buscando leones en las nubes desde hace años.
Las quince canciones que he elegido para conformar la banda sonora del programa irán acompañadas, como ya hice en la emisión anterior, de fragmentos de un libro muy interesante, Perro negro, escrito por Miguel Ángel Oeste y publicado por la editorial Tusquets hace ahora casi un año, en enero de este 2024. Entre numerosas referencias a sus letras y a su música, el novelista recrea la vida de Drake siguiendo una esquema muy sugestivo y eficaz. Oeste inventa la existencia de dos personajes centrales, Janet y Richard. Janet Stone, una peculiar amiga del músico que, varias décadas después, rememora los días pasados con el artista recibe la propuesta de Richard West, un conocido actor (el escritor dice haberse inspirado en Heath Ledger), de localizar a Sophia Rytter, una misteriosa amiga de Nick, pues necesita su testimonio, que intuye esencial, para completar la película que quiere hacer sobre Drake.
Hubo en realidad, al parecer, una Sophia Ryde de existencia algo fantasmal, quizá el gran amor desconocido de Nick, pero la novela deja claro su estatuto evanescente: Sophia es una invención. Nunca existió. Si lo hizo fue exclusivamente en la cabeza de Nick, podemos leer. A partir de la relación entre Janet y Richard van aflorando diversos episodios de la existencia del músico, contados a partir de los recuerdos nostálgicos de la propia Janet, de las impresiones de familiares, amigos y colegas del artista e, incluso, de las palabras de la propia Sophia.
Espero que aparte de haceros disfrutar con la música y los textos que he elegido, el programa sirva para despertar el interés por profundizar en la discografía entera de Nick Drake y por leer el libro de Miguel Ángel Oeste.
Todos se van
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martes, 10 de diciembre de 2024
SONRISA DE NIÑO INGENUO
Con un cierto retraso esta semana vamos a dedicar una emisión -la primera de una serie de dos- de homenaje y celebración de un músico no demasiado popular en su tiempo, pero que con el paso de los años ha ido creciendo en audiencia y repercusión, convertido ya ahora, cincuenta años después de su prematura muerte, en lo que viene llamándose, con un énfasis ciertamente enojoso, un “artista de culto”.
El 25 de noviembre de 1974, cuando aún no había cumplido los veintisiete años, Nick Drake, pues de él os estoy hablando, moría en su cama en la casa de sus padres, víctima de una sobredosis de antidepresivos que consumía para combatir su insomnio. Hoy, cinco décadas después, se mantienen las incógnitas -y por tanto las hipótesis- sobre si su muerte fue accidental o autoinducida.
En su corta vida Drake publicó tres discos de estudio, Five Leaves Left, en 1969, Bryter Layter, de 1970 y Pink Moon, aparecido en 1972. Desde entonces, sobre todo a partir del año 2000 en que un anuncio de Volkswagen -puede verse en YoutTube- utilizó una de sus canciones, precisamente la que da título a su tercer disco, como acompañamiento musical y recuperó para el gran público mundial la figura del músico, se han sucedido las reediciones, el “rescate” de grabaciones caseras y las diversas recopilaciones, hasta completar una decena de álbumes más.
De esta escasa obra -apenas dos horas en sus tres discos de estudio- he entresacado los casi treinta temas que integrarán la banda sonora de las dos emisiones de este breve ciclo. Se trata, en todos los casos, de canciones oscuras, melancólicas, de letras sombrías y enigmáticas, muy tristes, fiel reflejo del mundo interior del cantante, un joven desdichado, que no encuentra acomodo en el mundo, muy frágil, muy tímido, con extraordinarias dificultades, que casi lo incapacitan, cuando, en un escenario, debe exponerse al escrutinio del público; un muchacho infeliz, un niño ingenuo, un pobre chico -Poor boy es uno de sus temas-, que combate la áspera conciencia de su propio fracaso artístico y existencial, con marihuana y otras drogas, con alcohol y tranquilizantes y antidepresivos. En cualquier caso, su música, de la que a lo largo de los años, ya os he ofrecido diversas muestras en Buscando leones en las nubes, es, sí, afligida, triste, torturada incluso, pero también delicada, sutil, rezumando emoción y sensibilidad, bellísima.
Para acompañar mi selección de las canciones de Nick Drake os leeré distintos fragmentos de un libro altamente recomendable, una novela de Miguel Ángel Oeste, publicada hace ahora casi un año, en enero de 2024, en la editorial Tusquets. Perro negro, un título que juega, creo, con la ambigüedad de la locución (Churchill hablaba de “perro negro”, para nombrar su melancolía, la depresión que lo aquejaba; y Black eyed dog es una de las canciones emblemáticas de Drake), cuenta la vida del músico de un modo muy original y sobresaliente en lo literario. Partiendo de una historia ficticia, el libro nos sitúa varias décadas después de la muerte del cantante, cuando Janet Stone, una extravagante mujer, que vivió muy de cerca la atormentada trayectoria vital de Nick, y marcada aún ahora, tanto tiempo después, por el recuerdo de su amigo, recibe la visita de un muy conocido actor, Richard West, que descubre a Drake a partir del anuncio referido y que, subyugado por el personaje, pretende rodar una película sobre el músico. La novela presenta así, en un enfoque polifónico -podemos “escuchar” la voz de Janet y Richard pero también la de familiares, amigos, conocidos, colaboradores de Nick Drake y hasta la del propio artista-, distintos aspectos de la vida del cantante, en un relato, atravesado por la música y las letras del artista, que se retrotrae a la infancia del joven y que se extiende a un futuro en el que Janet, muy mayor ya, desgrana sus recuerdos.
Sonrisa de niño ingenuo
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martes, 3 de diciembre de 2024
LARGA Y LÁNGUIDA
Esta noche vamos a poner punto final a esta serie de tres programas que hemos dedicado al poeta norteamericano James Laughlin de cuyo único poemario publicado en España os hemos ofrecido algunos versos en las dos semanas precedentes. Se trata de una antología de poesía amorosa que titulada así, Poemas de amor, está publicada por la gallega editorial Linteo en traducción de Juan Antonio González-Iglesias, atendiendo a un ‘encargo’ del también poeta Antonio Colinas.
Con los que os leeremos hoy serán una treintena los poemas presentados, de modo que podéis, sin duda, haceros una idea bastante nítida de las cualidades poéticas de James Laughlin, de la potencia expresiva de sus versos, de su conmovedora belleza, de su contagiosa pasión, del dulce encanto de la experiencia amorosa que describe, de la sensibilidad y la emoción que transmiten.
Y como en las dos entregas anteriores, la atmósfera delicada e intimista que se desprende de los versos del poeta queremos recrearla también con la música, y para ello os ofreceremos una selección de canciones que tienen también al amor como centro. Os traigo hoy algunas piezas clásicas junto a otras canciones menos conocidas, pero todas ellas encantadoras, todas ellas sugestivas, todas ellas inspiradas y emotivas, todas ellas bellísimas. Así, han sonado John Coltrane con Johnny Hartman, Alison Krauss, Marcio Faraco, Eldissa, Travis Birds, Marketa Irglova con Glen Hansard, Fiorella Mannoia, The Civil Wars, Linda Thompson, Maysa, Cheryl Bentyne y el grupo 3-11 Porter.
Imagen: Henri de Toulouse-Lautrec. En la cama: el beso 1892
Una tarde robada entera ante nosotros
sin prisa sin agobios saboreando cada
sensación quizá empieza con una repetida
mímesis de recuerdos de nuestra adolescencia
lo que tú aprendiste del chico de la puerta
de al lado lo que a mí me enseñó la señora
divorciada sin prisa sin agobios cómo esto
de hacer el amor puede después de tanto tiempo
de manera tan vívida retornar todavía
podemos sentir ciertas caricias oír ciertos
tonos de voz incluso rememorar algunas
palabras que cruzamos hacer el amor es
algo acumulativo nada de lo que entonces
fue bueno está realmente perdido pues aún
puede seguir habiendo nuevos descubrimientos
caminitos ocultos dirigidos al goce
sin prisa sin agobios tiempo para poder
dormitar un momento entre abrazo y abrazo
tiempo de bromear también un poco por-
que existe asimismo ese aspecto de lo
ridículo en el acto de copular. Mejor
que todo sea tierno y delicado
y generoso igual que nuestra tarde va
veloz por su camino a la vez larga y lánguida.
Larga y lánguida
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