Nunca quise morir
martes, 11 de septiembre de 2012
NUNCA QUISE MORIR
La segunda emisión de Buscando leones en las nubes de este mes de septiembre se mueve en los mismos parámetros que la de hace siete días. Por un lado canciones recogidas y delicadas, muy bellas, y tocadas, casi todas, por una leve melancolía que, a mi juicio, no sólo no es sinónimo de tristeza sino que siempre resulta muy satisfactoria, muy agradable y placentera. Canciones preciosas interpretadas por Rumer, Katie Melua, Melody Gardot (a la que he visto este verano en un concierto en Madrid, menos estimulante que sus discos), Aster Aweke, Norah Jones, Rosa Passos, Sóley Stefánsdóttir (que protagoniza la sección de vídeos con su sugerente Blue leaves), Leonor Watling al frente de Marlango, Nina Simone, Patti Smith, Urselle, Russian Red, Sia y Sophie Zelmani.
Y como complemento al atractivo encanto de la música, deliciosa literatura también, sugestivos poemas escritos originariamente en inglés, entresacados de la muy interesante antología de poesía breve en ese idioma que con el título de Lengua de madera nos ofreció la editorial La isla de Siltolá en el pasado 2011. La selección de poemas y su traducción al castellano se deben a Hilario Barrero, que es poeta él mismo y profesor, y que en su faceta como traductor ha aparecido ya en alguna otra edición de nuestro programa. Magníficos poemas debidos a la inspiración de Frances Cornford, Siegfried Sassoon, Archibald Mccleish, Edna St. Vincent Millay, Dorothy Parker, Langston Hughes, Ogden Nash, Countée Cullen, Gavin Ewart, Mary Barnard, May Sarton, William Cole, Richard Eberhart y Gary Snyder.
La imagen que preside esta entrada es un cuadro, María Magdalena ante el espejo, del pintor del XVII, Georges de La Tour, y la elijo -aparte de por lo mucho que siempre me ha gustado la obra del francés; he tenido postales de sus pinturas en las estanterías de las distintas casas en las que he vivido desde mis años universitarios- tanto porque evoca la idea de la muerte, presente en algunos de los versos del programa (singularmente el Nunca quise morir que da título a la emisión, entresacado de Ahora, de Mary Barnard), como por la referencia a la luz de las velas, a la que alude Primer higo, un poema de Edna St. Vincent Millay, también radiado, y que debe su nombre no a su motivo central, ajeno por completo a la dulcísima fruta, sino al libro, A few figs from thistles (Unos pocos higos de cardos), en el que apareció originariamente.
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4 comentarios:
Maravilloso programa, Alberto.
Estupenda selección de poemas -tengo que hacerme ya con ese libro- y de canciones, teñidas de una melancolía que envuelve y acuna.
Gracias.
Gracias, Bea, me alegro de que te haya gustado el programa. Pero, sobre todo, no dejes pasar el libro, es magnífico (y te permitirá leer los poemas a tu aire, sin soportar mi insufrible tono enfático)
(En fin, como siempre, aflora esa propensión, tan mía, a exteriorizar las carencias que me "afligen")...
(En fin -de nuevo- : "¡¡Basta ya de psicoanálisis barato!!", me digo a mí mismo; y me callo para siempre; ¿para siempre?, por desgracia, no seré capaz).
En fin... Gracias, Bea
Me decía ayer Jorge que a ti no te gustaba tu voz de estropajo, pero que él cree que es muy adecuada para el intimismo. Estoy completamente de acuerdo.
Y... no te calles nunca.
Un beso.
Bueno... es cierto que no me gusta mi voz... pero yo no la calificaría como "de estropajo"... Pienso que hay que reconocerle una cierta "categoría", no sé, al menos es como de "Nanas níquel"...
(recuerdos a Jorge)
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