martes, 6 de febrero de 2018
Y SE SUPONE QUE ES AMOR
El espacio de Buscando leones en las nubes de esta semana mantiene el tono de satisfacción y alegría, aunque teñidas por una leve nota de melancolía por el irremediable paso del tiempo, que nos envuelve desde hace siete días, cuando dimos comienzo a la serie de cinco programas -el de ahora es el segundo- que estamos dedicando a una suerte de “autohomenaje” con ocasión de la ya muy próxima celebración de nuestro sexcentésimo aniversario.
Y es que, en efecto, el próximo 26 de febrero Buscando leones en las nubes llega a su edición número seiscientos, una cifra excepcional, desmesurada casi, lograda tras dieciocho años largos de contacto con nuestros oyentes en la sintonía de Radio Universidad de Salamanca. Después de unas primeras temporadas algo anómalas, que apenas lograban reunir una treintena de emisiones por año, hemos consolidado una cierta normalidad y, como sabéis nuestros más fieles seguidores, ahora llegamos a ofreceros un total de cuarenta y seis emisiones por curso (no cuarenta y ocho, como erróneamente afirmo en antena), faltando a nuestra regular cita tan sólo en el mes de agosto y en dos lunes más, uno en Navidad y otro en Semana Santa.
La manifestación más evidente de tan conspicua -en el sentido de visible- presencia en las ondas se muestra en los miles de fragmentos literarios y canciones que en todo este tiempo han poblado nuestras emisiones. De todos ellos, esta noche quiero presentaros una selección casi imposible, dada la infinidad de opciones entre las que elegir.
Así, en el programa que ahora os ofrezco escucharéis trece temas, en esta ocasión piezas de jazz, interpretadas por algunos grandes nombres del género, destacadísimos músicos que están ya en la historia de la música de nuestro tiempo. Además, salvo en un caso -el del Coleman Hawkins, cuya presencia en la emisión se justifica por razones personales que resulta difícil compartir en antena-, todos han protagonizado ediciones monográficas en la ya longeva historia de Buscando leones en las nubes. Billie Holiday, Keith Jarrett, Diana Krall, John Coltrane con Johnny Hartman, Nina Simone, Frank Sinatra, Ella Fitzgerald, Lester Young, Bessie Smith, Antônio Carlos Jobim, Chet Baker, Coleman Hawkins y la citada Abbey Lincoln han completan, pues, la emisión con sus canciones bellísimas, llenas de dulzura y sensibilidad.
En la vertiente literaria, y al igual que hace siete días, he recuperado algunos breves textos dedicados al amor, uno de los temas más frecuentados, sino el que más, en nuestra trayectoria. Sus autores, Pedro García Montalvo, Rebecca West, Howard Jacobson, Luis Landero, Zoé Valdés, Cesare Pavese, Richard Flanagan, George Bernard Shaw, Ramón Gómez de la Serna, Antonio Gala, Bernhard Schlink, Simon Garfield y Ahdaf Soueif.
Idilio, un cuadro de Tamara de Lempicka, pintado en 1931, ilustra esta nueva “amorosa” entrada del blog.
Si yo pudiese mandar en mi amor, quizá no la querría; pero a tanto no llega mi poder: No la amo porque sus labios sean dulces, ni brillantes sus ojos, ni sus párpados suaves. No la amo porque entre sus dedos salte mi gozo y juegue como juegan los días con la esperanza. No la amo porque su cuerpo sea para mí la única primavera. No la amo porque, al mirarla, sienta en la garganta el agua y al mismo tiempo una sed insaciable. La amo, sencillamente, porque no puedo hacer otra cosa que amarla. Antonio Gala
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