martes, 20 de mayo de 2025


GANAS DE VIVIR 

Cerrada ya, hace siete días, la serie dedicada a Bob Dylan, esta semana quiero iniciar un nuevo ciclo, de perfiles algo difusos, con el que despediremos la temporada 2024-2025 del espacio. Serán siete las emisiones con las que con un hilo conductor, como digo, un tanto inconcreto, completaremos nuestra programación en lo que queda del mes de mayo y en todo junio. Todas ellas comparten un par de elementos más o menos coincidentes, tanto en su vertiente literaria como en la musical. 

Desde hoy y hasta el final del curso radiofónico, en cada uno de los programas voy a ofreceros mi lectura de un texto corto, cinco artículos periodísticos y dos relatos breves en el total del ciclo, que publicados, en general, recientemente, yo he leído, en cualquier caso, en estos últimos meses. Los siete espacios tendrán en común también, en lo que se refiere a sus bandas sonoras, el protagonismo en ellas de las mujeres, que de manera monográfica en la mayor parte de las emisiones, nos permitirán acceder, en enfoques a menudo jazzísticos o cercanos al género, a las creaciones de un muy amplio elenco de destacadas intérpretes de la escena musical mundial del pasado y el presente. 

Y siguiendo esa doble pauta, para completar mi propuesta de esta noche, con los ecos de la Feria del libro de Salamanca, clausurada ayer mismo, aún presentes en las calles de la ciudad, he escogido un muy interesante artículo que con el título, bien explícito, de Elogio de la lectura, publicó en el diario ABC el pasado 8 de febrero la periodista Helena Farré Vallejo.

Para acompañar musicalmente el entusiasta alegato a favor de la lectura, plagado de referencias literarias, he elegido doce canciones, casi todas clásicos del pop y el rock de las últimas décadas, pero en versiones envueltas en una atmósfera suave, elegante, intimista y con un punto de erotismo light, interpretadas por cantantes y grupos que podríamos encuadrar en un subgénero, el smooth jazz, la lounge music, el chill out sofisticado, y que surgen, en su mayor parte, en los primeros años del siglo en torno a una discográfica argentina, Music Brokers. Con infinidad de producciones, que inundan las playlist en YouTube, discos con títulos inequívocos como Jazz Sexiest Ladies, Bossa N’Stones, N’Marley, N’Adele, N’Amy, N’Coldplay, Jazz and Beatles, Vintage Café, Jazz and 80s u otros similares, y con un elenco de músicos de estudio intercambiables que aparecen, a veces bajo diferentes nombres en distintas publicaciones, el “movimiento”, que combina el logro comercial asegurado al versionar éxitos indiscutibles de los 80 o los 90 con un tratamiento musical más ligero y apacible, carente de aristas, que el que tenían muchas de esas canciones originariamente, ha provocado una recepción crítica muy controvertida. La mayor parte de los expertos denuestan una propuesta sonora que consideran música de ascensor o de consulta médica, de pobre hilo musical, meros productos comerciales destinados al indiscriminado consumo del sector de la hostelería, “horterismo a lo grande” o “fábrica de longanizas musicales”, como ha escrito del género el casi siempre fiable Diego Manrique. No obstante, a mí hay muchas de sus recreaciones de conocidísimos temas de los últimos cuarenta años que me resultan curiosas, apreciables, valiosas y, sobre todo, muy apropiadas para conformar el clima de recogimiento, intimidad, tranquilidad y sosiego que pretendo para las emisiones de Buscando leones en las nubes, hasta el punto de que muchos de los nombres más relevantes del catálogo de Music Brokers, han aparecido con frecuencia en el espacio a lo largo de sus veinticinco años de existencia. 

Jazzystics, Karen Souza, Dinah Eastwood, Sarah Menescal, Eve St. Jones, Groove Messengers, Cassandra Beck, The Noir Horns, Anekka, Watching Colours, Les Crossaders y The Cooltrane Quartet, son los elegidos para integrar la emisión de esta semana.

Imagen: Fernando Vicente

Ganas de vivir

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