martes, 16 de octubre de 2012


NORMA JEANE

El 5 de agosto pasado se cumplieron cincuenta años de la muerte de Marilyn Monroe. Con dos meses de retraso, pues hasta ahora no he tenido tiempo de ocuparme de ello, centrado en otras tareas profesionales y volcadas las emisiones de estas últimas semanas en otras “exigencias”, Buscando leones en las nubes va a dedicar un par de programas al gran mito erótico -aunque no sólo- del siglo XX. Para ello escucharemos, entre las dos emisiones, casi treinta canciones interpretadas por la propia actriz; algunas extraídas de sus películas y conteniendo por tanto fragmentos de diálogos, otras en las que suena la voz de otros artistas (Jane Mansfield o Yves Montand, por citar sólo dos), y las más con la propia Marilyn como exclusiva protagonista. En casi todas podemos percibir la peculiar y exacerbada sensibilidad de la legendaria y deslumbrante mujer, su dulzura, su ingenuidad -tan grande que a veces parece impostada-, su vulnerabilidad, su encanto.

Entre ellas el programa presenta fragmentos de una peculiar biografía de nuestra invitada. Con el título de My story y el subtítulo de Memorias de Marilyn Monroe, la editorial Global Rhythm publicó a finales de 2011 un libro muy interesante que recoge un relato biográfico, narrado por el genial guionista de Hollywood Ben Hecht, en el que éste reelabora y da forma “literaria” a la transcripción de numerosas horas de conversaciones con la diva. Escrito en la primera persona de Marilyn, el libro es magnífico y, más allá de que se note la mano del experto escritor (hay pasajes, como el ya muy conocido de los somníferos -que escucharéis en la edición de la semana próxima-, que parecen claramente construidos a posteriori con una finalidad efectista), suena a verdad, oímos la voz de la mujer, de la siempre niña, de la desvalida, de la inocente, de la indefensa Marilyn Monroe. Para completar la edición de esta semana he escogido pasajes en los que la que habla es aún Norma Jeane, la infeliz joven -que tan sólo en sus vagarosos sueños puede atisbar los fulgores de la fama y el estrellato que la rodearán en su vida futura- que deambula por orfanatos y familias de acogida; que en su radical soledad añora al mitificado padre nunca conocido y a la desapegada madre sólo apenas entrevista en los escasos momentos en que la enfermedad mental le permitía ocuparse de su hija; que soporta con dignidad su lamentable pobreza; que ve florecer su esplendorosa y precoz belleza entre adolescentes rijosos y adultos babeantes; que se casa, todavía adolescente, por escapar de la sordidez de su infancia; que, en definitiva, camina, quemando etapas, hacia su inexorable destino de mito, en el horizonte esa quimera llamada Marilyn Monroe.

El libro interesa, más allá de la presencia de estos dos ejes principales -en primer plano la intensidad de la vida de la propia actriz y, como en sordina, pero muy presente, el lúcido y muy ingenioso talento del escritor-, por la impresionante colección de fotos de Marilyn que lo ilustran (la mayoría muy conocidas y hasta emblemáticas, todas excepcionales) y que son debidas al talento artístico de Milton Greene, uno de los nombres clásicos de la fotografía hollywoodiense. En conjunto, continente y contenido, se trata de una edición formidable, un libro que da gusto leer, manejar, consultar, hojear.

Os dejo a continuación la breve reseña con la que la editorial presenta el volumen. En ella podréis encontrar una aproximación muy ilustrativa sobre el objeto del libro, un comentario sobre la compleja peripecia editorial que ha permitido que vea la luz, y tres apuntes someros sobre Marilyn, Hetch y Greene que os permitirán centrar mejor el propósito y el enfoque que guían la obra.

Marilyn Monroe protagoniza también, cómo no, el vídeo de esta semana. Diamonds are a girl's best friend es una pieza que forma parte de Los caballeros las prefieren rubias, el musical dirigido por Howard Hawks.


Sobre Marilyn Monroe se ha escrito mucho, tal vez demasiado; de hecho, apenas queda un rincón de su vida, su cuerpo o su muerte que no haya sido escrutado con lupas que mezclaban la admiración estupefacta con la falta de escrúpulos, la piedad con el bisturí inmisericorde. Esa montaña de papel es el pedestal de la figura mítica, pero también la losa que apaga la voz de un ser humano oscurecido por los focos. Esta obra es esa voz, o al menos todo lo que de ella nos ha quedado.

Ben Hecht, autor de relatos memorables y uno de los más grandes guionistas que ha dado Hollywood (aunque éste es un título que nunca quiso ostentar), fue todo oídos en 1954 para añadir puntuación y sintaxis a los recuerdos que la actriz iba desgranando desde el lado opuesto de una mesa. Esa delicadísima operación dio como resultado una obra maestra de la literatura fantasmal que conserva casi mágicamente el aroma y el sabor, la gracia y la melancolía, el ingenio y la ingenuidad de unas palabras nunca después repetidas. Porque aquí habla Norma Jeane, la niña que deambulaba entre orfanatos y adopciones, la muchacha que salió de una fábrica para vivir (como tantas otras) sueños de celuloide, la hembra que dejaba a su espalda un reguero de miradas lascivas. Y también habla Marilyn Monroe, la mujer que se abrió paso hacia una cumbre inesperada apartando a los tiburones del camino. Aquí percibimos su chispa, su inteligencia e incluso un eco verbal de su irresistible vibración erótica.

La pequeña odisea de este libro es tan fantasmagórica como su origen: por motivos jamás aclarados, el manuscrito dormitó en silencio y en lugar ignoto hasta 1974, cuando Milton Greene (fotógrafo de cabecera e íntimo amigo de Marilyn) decidió exhumarlo de sus cajones para publicar una primera versión donde no se consignaba la autoría de Hecht. Habrían de pasar treinta años más para que ésta fuese reconocida en una nueva edición, ésta ilustrada con 46 fotografías procedentes del archivo donde Greene custodiaba su «material más exclusivo». Nuestra edición incluye esas nuevas imágenes y recupera la espléndida traducción al castellano realizada en 1975 por Marta Pesarrodona.

Norma Jeane Baker (Los Ángeles 1926-1962) fue una joven de curvas voluptuosas, mirada ingenua y pícara sonrisa que logró volar hasta el firmamento convertida en Marilyn Monroe. Murió a los treinta y seis años por una enigmática sobredosis de drogas legales y desde entonces reposa junto a Cleopatra en el panteón del erotismo utópico.

Ben Hecht, el «Shakespeare de Hollywood» (Nueva York 1894-1964), escribió obras teatrales de gran éxito (entre ellas Primera plana), unos 35 volúmenes de muy variada naturaleza (novelas, cuentos, ensayos, memorias, etc.) y más de 70 guiones cinematográficos que le suministraron fama, dinero y todos los premios imaginables (Óscar incluido). Por su pluma pasaron películas tan «clásicas» como Scarface, Cumbres borrascosas, Lo que el viento se llevó, Adiós a las armas, Duelo al sol o Gilda, pero pensaba que el cine estaba envileciendo a la sociedad norteamericana y de paso mermaba su propio talento literario. Sea como fuere, en este libro hizo un magnífico trabajo.

Milton Greene (Nueva York 1922-Los Ángeles 1985) fue un fotógrafo especializado en modas y celebridades. La lista de notables que posaron frente a su cámara es agotadora, pero pasaría a la historia por las imágenes de Marilyn Monroe tomadas entre 1953 y 1957. Sus fotos aparecieron en revistas como Look, Life, Vogue o Harper’s Bazaar.

Norma Jeane

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Precioso!

Saludos

Anónimo dijo...

Enhorabuena por este programa. Muy bonito y emotivo. De que forma tan fantástica nos empapas, como muy dices de la sensibilidad, dulzura, ingenuidad y vulnerabilidad de esta mujer. ¡¡Como he disfrutado de los textos y de las canciones!!Ya estoy deseando escuchar el siguiente.
Un saludo
Alberto:)

Alberto San Segundo dijo...

Gracias por vuestros amables comentarios. Un saludo a ambos, Anónimo y Alberto

Anónimo dijo...

¿Te animarías?
http://ccaa.elpais.com/ccaa/2013/03/07/valencia/1362665300_141823.html