martes, 6 de noviembre de 2012


HACIA MIS BRAZOS

Esta semana iniciamos una breve serie de tres programas dedicados al genial Nick Cave, que el pasado 22 de septiembre cumplió cincuenta y cinco años. Tuve muy presente el aniversario en su momento, pero las dificultades de la grabación en la radio en el mes de septiembre, las propias exigencias de composición de las emisiones, además de otros compromisos posteriores, como el de la conmemoración de la muerte de Marilyn Monroe, me han hecho retrasar hasta ahora la celebración de la espléndida madurez del artista australiano.
Desde el punto de vista de la música que va a sonar en estos tres programas debo anticipar, de entrada, que de las muchas facetas de Nick Cave como músico, al frente, desde 1977, de sus diferentes grupos, voy a obviar, en este repaso de cerca de cuarenta de sus temas, sus fases más abruptas, más agrestes, más ruidosas, las que menos me interesan, las que se corresponden con su juvenil presencia en The Boys Next Door y singularmente en The Birthday Party. Mi selección, en cambio, se centra en los discos publicados a partir de 1984 y presentados bajo la rúbrica de Nick Cave & The Bad Seeds. E incluso, dentro de esa quincena de discos aparecidos en los últimos casi treinta años, he escogido canciones de los cinco o seis que más me gustan, las más íntimas, las más delicadas, las más bellas de sus canciones, rezumando todas, como podréis apreciar, ternura y sensibilidad, melancolía y lirismo, poesía y verdad. En concreto, en la emisión de esta semana vais a escuchar íntegro (salvo la final Green eyes, de la que he debido prescindir para poder ajustarme al tiempo de programa), el que para mí es su disco más interesante, The boatman’s call, escrito en 1997 bajo el influjo de su separación de la brasileña Viviane Carneiro, y con la presencia destacada en él, sobrevolando casi todas las canciones, de su romance con la cantante P. J. Harvey. Por orden de aparición, la presente edición os ofrece once maravillas: Into my arms, Lime tree arbour, People ain't no good, Brompton oratory, There is a kingdom, (Are you) the one that i've been waiting for, Where do we go now but nowhere, West country girl, Black hair, Idiot prayer y Far from me. La emotiva, intensa, conmovedora y bellísima Into my arms protagoniza también la sección de vídeos del blog. No me resisto a ofreceros su letra original con mi aproximativa y probablemente poco ortodoxa traducción:

I don't believe in an interventionist God (No creo en un Dios intervencionista)
But I know, darling, that you do (Pero sé, cariño, que tú lo sí)
But if I did I would kneel down and ask Him (Pero si yo creyera, me arrodillaría y Le pediría)
Not to intervene when it came to you (Que no interviniera en lo que tiene que ver contigo)
Not to touch a hair on your head (Que no tocara ni un cabello)
To leave you as you are (Que te dejara tal y como eres)
And if He felt He had to direct you (Y que si Él sintiera que tiene que dirigirte)
Then direct you into my arms (entonces que te dirigiera hacia mis brazos)

Into my arms, O Lord (Hacia mis brazos, Señor)
Into my arms, O Lord (Hacia mis brazos, Señor)
Into my arms, O Lord (Hacia mis brazos, Señor)
Into my arms (Hacia mis brazos)

And I don't believe in the existence of angels (Y yo no creo en la existencia de los ángeles)
But looking at you I wonder if that's true (Aunque mirándote me pregunto si no será verdad)
But if I did I would summon them together (Pero si creyera, los invocaría a todos juntos)
And ask them to watch over you (Y les pediría que velaran por ti)
To each burn a candle for you (Que cada uno encendiera una vela para ti)
To make bright and clear your path (Para iluminar y aclarar tu senda)
And to walk, like Christ, in grace and love (Y para que caminen, como Cristo, en la gracia y el amor)
And guide you into my arms (Y te guíen hacia mis brazos)

Into my arms, O Lord (Hacia mis brazos, Señor)
Into my arms, O Lord (Hacia mis brazos, Señor)
Into my arms, O Lord (Hacia mis brazos, Señor)
Into my arms (Hacia mis brazos)

And I believe in Love (Pero yo creo en el Amor)
And I know that you do too (Y sé que tú también)
And I believe in some kind of path (Y creo que hay algún tipo de senda)
That we can walk down, me and you (Que podemos recorrer tú y yo)
So keep your candles burning (Así que mantened vuestras velas encendidas)
And make her journey bright and pure (Y haced que su viaje sea luminoso y puro)
That she will keep returning (Para que ella pueda seguir volviendo)
Always and evermore (Siempre y para siempre)

Into my arms, O Lord (Hacia mis brazos, Señor)
Into my arms, O Lord (Hacia mis brazos, Señor)
Into my arms, O Lord (Hacia mis brazos, Señor)
Into my arms (Hacia mis brazos)

Completando la selección musical, en los tres programas podréis disfrutar de diversas declaraciones del propio músico extraídas de un libro esencial, titulado Nick Cave. Confesiones íntimas de un santo pecador y publicado por Global Rhythm, en el que el crítico Mat Snow recoge una veintena de entrevistas con el genial creador, realizadas a lo largo de casi treinta años, entre 1981 y 2008. Un libro absolutamente imprescindible para el seguidor de Cave y muy interesante para quien, no siéndolo, quiera profundizar en su proceso creador, en su evolución musical, en su tímida pero significativa carrera literaria, en sus preocupaciones e intereses, humanos y artísticos, en su sentido del humor, en sus temas recurrentes: el amor, las drogas, la violencia, el sexo, la muerte, la religión, Dios; también en su personalidad algo atormentada, su infancia, su familia, sus amores, las sucesivas curas de desintoxicación, sus quince últimos años “limpio” y recuperado, la relación con su actual mujer, la modelo Susie Bick, sus gemelos con ella, los anteriores hijos. Todo ello aflora en las palabras que escucharéis en la emisión de esta semana y en las de los dos próximos lunes.

Hacia mis brazos

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
el mar al que se hunde.

lesbia

Alberto San Segundo dijo...

Contra las penas de amor, Lesbia borgiana, millones de besos:

Vivamos, querida Lesbia

Vivamos, querida Lesbia, y amémonos,
y las habladurías de los viejos puritanos
nos importen todas un bledo.
Los soles pueden salir y ponerse;
nosotros, tan pronto acabe nuestra efímera vida,
tendremos que vivir una noche sin fin.
Dame mil besos, después cien,
luego otros mil, luego otros cien,
después hasta dos mil, después otra vez cien;
luego, cuando lleguemos a muchos miles,
perderemos la cuenta para ignorarla
y para que ningún malvado pueda dañarnos,
cuando se entere del total de nuestros besos.

Catulo