Canción de Navidad
martes, 25 de diciembre de 2012
CANCIÓN DE NAVIDAD
Hoy, 25 de diciembre, día de Navidad, Buscando leones en las nubes os ofrece una inusual edición, que ve la luz tan sólo en el blog del programa, dedicada a celebrar las fiestas navideñas a través de nuestra habitual oferta de música y literatura. Y es inusual nuestra emisión de hoy porque nunca, en nuestros catorce años de vida, cuatro y pico de ellos en los que la versión radiofónica del programa tiene un correlato en esta página de internet, habíamos salido al aire en el día de Nochebuena o en el de Navidad.
Y es que no soy yo, precisamente, un gran amante de estas fiestas. Hace muchos años que un exageradamente racional prosaísmo laico me impide disfrutar de la inocencia infantil consustancial a estos días. Un niño, ese Alberto que algún día vivió estas fechas entusiasmado con luces y regalos, con Reyes y belenes, con villancicos y turrones, que, por desgracia, queda ya muy atrás en el tiempo. Y sin embargo, hay ahora en mí, inexplicablemente, algún viejo recuerdo, cálido y nostálgico, que me ha hecho disfrutar, con un punto, incluso, de emoción, de la idea de dedicar un programa, amable y bienhumorado, optimista y encantador, a las universales navidades. Me ha enternecido, creedme, este insólito contacto con música y literatura navideñas. Y estoy muy satisfecho, íntimamente satisfecho, del resultado de la propuesta que ahora os ofrezco.
En la parte literaria del programa aparecen significativos fragmentos de Canción de Navidad, el clásico de Charles Dickens, bien conocido por el mundo entero desde que, en diciembre de 1843, el genio inglés lo publicara con el subtítulo de “Cuento navideño con espectros” y con las deliciosas ilustraciones de John Leech. Los textos leídos en la emisión se corresponden con la versión española de Santiago Rodríguez Santerbás para Alianza Editorial, una espléndida versión que mantiene las imágenes de la edición original. Sirva también mi elección de esta última semana del año como homenaje a un Dickens de cuyo nacimiento hemos celebrado el segundo centenario este 2012 que se nos va.
En la breve novelita, su protagonista, Ebenezer Scrooge, un viejo antipático que detesta la Navidad, un tacaño cascarrabias, solitario y permanentemente enfadado con el mundo, un avaro que desprecia y odia a quien le rodea, un detestable gruñón incapaz del más mínimo gesto de calor humano hacia sus semejantes, recibe la visita del fantasma de su socio, Jacob Marley, muerto recientemente, que le anuncia la próxima llegada de tres espectros, el de la Navidad pasada, el de la Navidad presente y el de la Navidad futura, que le irán mostrando de modo sucesivo, en un recorrido mágico más allá del tiempo y el espacio, su desgraciada infancia, su infeliz existencia actual y su más que probable tristísimo y sombrío destino. Abrumado por la experiencia, conmovido por las emocionantes imágenes, por los desgarradores retazos de vida que los fantasmas le muestran, emocionado en particular por la muerte de Tiny Tim, el pequeño hijo de su empleado Bob Cratchit, el viejo Scrooge decide dar un giro a su vida e, inspirado por ese espíritu navideño que siempre ha aborrecido pero que al fin ha conseguido comprender e interiorizar, cambia su vida, se da a los demás, y, lleno de buenos propósitos, celebra la Navidad.
Para recrear la atmósfera navideña del cuento de Dickens en la emisión aparece, en su integridad, doce cortes, un álbum excepcional. Se trata de A She & Him Christmas, las originales, muy dulces, melancólicas, tiernas, bellísimas versiones de clásicas canciones de Navidad, hechas en el pasado 2011 por She & Him, el más que interesante grupo que componen la actriz Zooey Deschanel y el músico M. Ward. El disco (que desde que lo escuché las navidades pasadas lleva esperando su aparición en Buscando leones en las nubes) es una maravilla, y su atmósfera recogida e íntima, la sencillez de los arreglos, la sutileza de las voces, la delicadeza del acercamiento a esa docena de villancicos intemporales, que tantas veces en estas fechas suenan triviales y carentes del más mínimo vestigio de su espiritualidad originaria, conforman lo que a mi juicio es una obra maestra, un prodigio de sensibilidad y emoción.
Espero que la algo lacrimógena intensidad de este último programa del año os llegue, toque vuestras almas, os permita evocar vuestras infancias, llenaros de buenos propósitos, incrementar el amor por quienes están a vuestro lado, haceros mejores. O, sin tantas pretensiones, espero que podáis disfrutar de una muy entretenida y entrañable hora de radio.
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1 comentario:
Bonito programa muy propio de las fechas navideñas. Feliz Navidad y próspero año 2013. Por lo menos que seamos tan buenos como el 2012.
Si que existe el espíritu navideño y con niños mucho más.¿Quién no se ha acercado en estas navidades a ver un Belén o a tararear un simpñe villancico?
Un saludo
Alberto:)
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