martes, 20 de marzo de 2018


UNA DE ESAS COSAS

En la emisión de esta noche ponemos fin a la breve serie de tres programas que en las últimas semanas hemos venido dedicando a las fecundas relaciones entre cine y jazz, con un repaso, que abarca cerca de ocho décadas, a una serie de películas que tienen al ecléctico género musical como protagonista principal.

En cada una de las entregas de este estimulante ciclo os estoy presentando los comentarios que Carlos Aguilar hace sobre cada una de las obras cinematográficas en su indispensable antología, de título Cine y jazz, que presentó la editorial Cátedra en 2013 y que recoge, al modo de un completo diccionario, ajustado pues a un orden alfabético, centenares de referencias sobre músicos, directores, actores, películas, canciones y otras diversas manifestaciones de la muy productiva imbricación de ambas artes a lo largo de la historia. Podéis encontrar una completa reseña sobre el libro en el blog de mi otro espacio en Radio Universidad de Salamanca, Todos los libros un libro.

Nuestro recorrido de hoy comienza en 1989, con Michelle Pfeiffer cantando con gusto un tema de Los fabulosos Baker Boys, y finaliza con Ray Charles, en un tema que formaba parte de la banda sonora del exitoso biopic Ray, estrenado en 2004. Entremedias, algunos grandes clásicos de jazz interpretados por Cynda Wiliams con Branford Marsalis, Janis Siegel, Milt Hinton, Joshua Redman, Carol Woods, Eliane Elías y Diana Krall.

Las películas de las que proceden las piezas musicales son la ya citada Los fabulosos Baker Boys, dirigida Steve Kloves en 1989; la estupenda Mo’ better blues, que en España se estrenó bajo el título Cuanto más mejor y que dirigió Spike Lee en 1990; Rebeldes del swing, con la realización de Thomas Carter en 1993; el documental A great day in Harlem, a cargo, en 1996, de Jean Bach; Kansas City, la espléndida obra de1996 de Robert Altman; Acordes y desacuerdos, el título, de 1999, más abiertamente jazzístico de un Woody Allen cuya carrera no puede entenderse sin el género; otro documental, Calle 54, que dirigió en 2000 un Fernando Trueba fascinado por el jazz latino; De-Lovely, la enésima recreación de la vida y obra de Cole Porter, a cargo de Irving Wrinkler en 2004; y por último Ray, la biografía cinematográfica de Ray Charles, también mencionada, que presentó en 2004 Taylor Hackford.

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